Estas son las 2 definiciones de Navidad que podemos encontrar en cualquier diccionario de nuestras casas. Pero sabemos que no son las únicas definiciones que hay. Poríamos añadir una tercera: periodo de 2 semanas consumistas en las que hay que demostar cuán felices somos.
Porque seamos realistas. ¿Cuánta gente se acuerda de lo que realmente representa? Supongo que casi ninguna, pero la jugada no acaba ahí. Algunos diréis que es un periodo para pasar con la familia y todo eso. No digo que la gente no lo pase con su familia, pero de pronto nos encontramos en una situación más que hipócrita. Todo el mundo sonriéndole a todo el mundo y haciendo las preguntas de rigor como si realmente nos interesase su vida.
Nos sentamos a la mesa esperando lo típico de nuestra zona (cada uno la suya), charlamos distendidamente sobre cosas que dan igual porque nadie quiere entrar en polémica. La tele de fondo poniendo el festival de x cadena de televisión (da igual cual, en todas ponen lo mismo) con los triunfitos y demás especímenes del mismo tipo.
Pero realmente lo que nos interesa en cebarnos comiendo de la comida que ha hecho la señora de la casa con mucho esfuerzo y que al final nadie le agradece.
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