¿Te conozco?
"Hola, ¿que tal? ... Bueno, ya me iba, chao". Una conversación de 10 segundos. La puede mantener cualquiera, el problema es cuando no sabes quien es. Entonces una conversación de 10 segundos se convierte en una comedura de cabeza a ver quien era.
Intentas situarla en el tiempo y el espacio, le preguntas a los demás si saben quien es, pero nada. Le das vueltas y vueltas para al final llegar a la conclusión que o se equivocó y te habló pensando que eras otro o que es alguien que conociste un día y jamás volviste a ver. En ambos casos te supone lo mismo: indiferencia.
Hasta el día en que volvéis a coincidir en el tiempo y el espacio. Se para, te habla y su sigues con tus dudas, pero ya es demasiado tarde para preguntarle quien es porque lleváis 5 minutos hablando. Es un momento absurdo del que tienes que salir como sea antes de que se de cuenta de que no solo no sabes quien es, sino que además pasas de escucharle para centrarte en averiguar de donde salió.
Al final esperas descubrirlo algún día de milagro o que no te vuelva a ver, ambas soluciones me parecen perfectas.
Etiquetas: gente