Y venga a hablar
Y venga a hablar, y venga a hablar... Pffffff. ¡No lo soporto!
Generalmente soy una persona poco habladora, me gusta escuchar, que la gente me cuente historias y cosas. Suelo poner la guinda, lo reconozco. Pero en ocasiones me enervo, porque aunque no hable demasiado, me gusta poder intervenir de vez en cuando. El problema es que hay especímenes que no te lo permiten.
Son esas personas que hablan sin parar, que hablan y hablan y hablan hasta que llegan a un punto que no tenía nada que ver con la conversación original. Tu estabas hablando de animales y sin saber como, la conversación derivó hacia las mercerías. ¿Cómo es posible? No lo sé, pero hay gente que tiene ese don.
Se marcan un monólogo sin gracia mientras la gente les mira y asiente con la cabeza. Por supuesto todos desconectan mientras el especimen sigue a su rollo, pero si algún día intentais seguir el hilo os daréis cuenta de una cosa, y es que en medio de toda esa palabrería rellenan con cosas absurdas e insignificantes. No escatiman en absurdeces con tal de no perder "el turno".
Cuando acaban perdiste la oportunidad de ponerle la guinda a 7 u 8 cosas, pero te da igual, porque al fin ya puedes participar en la conversación.
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