A regar las calles
No, no hablo de mear en un callejón. También podría ser un buen tema, pero todo el mundo a lo largo de su vida se vio en esa situación de tener que mear en público, así que lo dejaré correr. Realmente hablo de esa "maravillosa" costumbre viguesa de regar las calles. Sí, literalmente. Supongo que es para ver si crecen edificios o semáforos.
El caso es que además de ser un derroche de agua potable, cosa que en principio nos daría igual porque nos sobra, también lo hacen cuando llueve. Eso si que ya me parece ridículo, supongo que es para que el operario en cuestión tenga algo que hacer. He de hacer un alto en favor de los "regaderos" porque siempre tienen cuidado de no mojarte y, a mi en particular, jamás me han salpicado con más de una gota.
Lo malo es que a esta práctica se le suman unos extras con los que originalmente el sistema no contaba. Las baldosas se mueven. Yo no se mucho de construción (bueno, más bien nada) así que no se si es porque los materiales son malos o que, pero el caso es que se despegan del suelo. Esto sumado a la lluvia de mangueras provoca que cuando pisas salpique un chorro de agua hacia tu pie. Piensa en esa sensación después de 200 baldosas movibles.
Ciudad de chapuceros...
Etiquetas: varios