Cómprate un bus
... o vete en taxi, pero acostúmbrate a que el transporte público es, en esencia, eso:
PÚBLICO.
Como ya os abréis dado cuenta, no soy una persona que adore la presencia de los desconocidos. Eso de más vale solo que mal acompañado es, posiblemente, la mejor frase jamás dicha por alguien. No me gusta que me hablen si no es por algo justificado, no sonrío si alguien me pisa (en realidad sí que sonrío, pero con cara de "hala, a jugar a pala"), ... Pero sé que cuando voy en autobús, solo pago un billete, no 8. Mucha gente tiene múltiples tácticas para que nadie se siente a su lado. Veamos las distintas tácticas empleadas:
Táctica 1: La de colocar un abrigo/bolsa/cosa en el asiento que está junto al pasillo, de modo que si alguien se va a sentar, seguramente lo haga en un asiento en el que no hay nada para no tener que hablar con el individuo que ocupa dos asientos.
Táctica 1 mejorada: Acompañar a la táctica 1 de unos cascos con música alta. Si los cascos esparcen la música hacia el autobús mucho mejor, no sólo no les oirás decirte "¿está ocupado?", también molestas al resto de pasajeros, que está muy bien.
Táctica 2: Oler mal. Esta táctica es infalible, pero tiene un problemilla, el olor te acompaña una vez que has salido del bus, y eso no es lo pretendido.
Táctica 3: Hablar por teléfono a gritos, como si no te hiciese falta el teléfono. Esta técnica igual ya está un poco desfasada, la gente está más que acostumbrada a meterse en las conversaciones ajenas, así que igual les apetece enterarse de tu vida y se sientan a propósito. La conversación puede ser ficticia, pero procura poner el móvil en silencio, no vaya a ser que te llamen y te dejen sordo.
Táctica 3 mejorada: Parecer realmente enfadado con él que está al otro lado del teléfono. La gente "huye" de los enfadados.
Táctica 4: Sentarte en el asiento del pasillo. Es un engorro decirle a alguien si se levanta para dejarte pasar y sentarte en el lado de la ventanilla, así que la gente pasa de largo y se sienta en el siguiente sitio libre. Claramente mejorable aplicando en el asiento de la ventanilla la táctica 1. Es la más efectiva de todas las técnicas, pero también es la más descarada.
Pero eso sí, tienen suerte de que prefiera ir sólo a mal acompañado, porque (exceptuándo la de oler mal) no me siento intimidado por ninguna de esas situaciones. Es más, me resultan simpáticas.
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