Porco, porquiño, chegou o San Martiño
Pues sí, al fin se ha ido el cerdo de mi casa. Pese a que iba a estar tan solo un mes, al final ha estado unos 10, pero unos 1500 gritos después, ya no está. Como sabéis no es la primera vez que escribo sobre él, aquí tenéis la
primera y
segunda parte, pero esta vez sí va a ser la última.
No voy a volver a contar todo lo ya narrado, pero tengo historias nuevas, no creáis. Tengo muchas más cosas que contar para que os hagáis una idea de lo que fue esta convivencia. Dejando a un lado su insoportable olor, ser un cerdo y haberme despertado varias veces al o largo de este año, no se cansó. El último día dejó su firma en muchas, muchas cosas. Tras acostarme a las 8 la mañana del jueves, me despertó a las 11 pasando la aspiradora. Es la segunda vez que pasa la aspiradora en casa en toda su vida y en ámbas ocasiones me pilló durmiendo, eso es puntería. Me levanté, me vio y dijo algo así como "no sabía que estabas en casa". Ni le miré, tan solo bufé mientras ponía los ojos en blanco para que se hiciese una idea de lo mucho que me apetecía escucharle. Pero bueno, de lo malo pensé, voy a poner música alta para que se de cuenta de que el daño ya está hecho y que siga limpiando, que ya iba siendo hora. Pero no, tan solo limpió su habitación el muy ...
El caso es que el jueves me puse a limpiar el piso para adecentarlo un poco. Cogí la aspiradora, la encendí y 2 minutos después me di cuenta de que pese haber pasado la aspiradora por la alfombra, aquello no aspiraba. La había atascado con un trozo enoooorme de porexpan. Tras acordarme de él, la desatasqué y seguí aspirando. Todo iba transcurriendo con normalidad hasta que me puse a limpiar el baño. Como dejó allí una bolsa con papel higiénico (yo tenía el mío propio con el que hacía guerra psicológica) durante meses y ya tan solo quedaban 2 rollos, decidí sacarlos de allí y tirar la maldita bolsa, cuando al meter la mano casi me corto con una cuchilla de afeitar usada por él. Pffffffffff. Tras acordarme de él otra vez y en esta ocasión también de todos sus muertos que seguro que hulen mejor que él, le escribí una notita.
*Si llego a cortarme con la cuchilla que dejaste entre el papel higiénico que lleva "adornando" el baño durante meses, te la comes.
Es que es INCREÍBLE.
*Cuando atasques la aspiradora, la desatascas. Las cosas no se guardan jodidas. ¿No te diste cuenta de que no aspiraba? Es una pregunta retórica.
*Feliz mudanza y ten cuidado no te cortes tu ahora con la cuchilla de los ...
Sinceramente esperaba una réplica, pero no la hubo.
En fin, supongo que ahora ya me quedé sin tener que preocuparme de que no se afeite con mi cuchilla (no sería la primera vez, esa vez también le grité bastante) o sin que coja mis cosas sin decírmelo. Pese a lo que podáis pensar, ahora que ya no vive aquí le sigo odiando con toda mi alma y le deseo que alguien le haga todo lo que él va por ahí haciéndole a la gente (a mi) para que se de cuenta de los motivos por los que le odio.
Ais... ahora se respira una tranquilidad en casa...
P.D: se marchó el viernes y su antigua habitación sigue apestando 6 días después.
Etiquetas: fulanos, odio